Las industrias culturales y creativas (ICC), se han convertido en los nuevos propulsores de la economía, estas se basan en la elaboración de productos culturales con fines de lucro. Con los cambios en la forma de comunicación y entretenimiento dejaron de ser solo un pasatiempo y se transformaron en una actividad que aporta al PIB mundial.
Para la UNESCO, las ICC son “aquellos sectores de actividad organizada que tienen como objeto principal la producción o la reproducción, la promoción, la difusión y/o la comercialización de bienes, servicios y actividades de contenido cultural, artístico o patrimonial”.
Esta dicotomía entre cultura y economía ha permitido que los artistas se involucren en temas financieros y empresariales, para desde ahí aportar al desarrollo del país, pero no solo desde la parte social, sino también desde el crecimiento económico.
Incluso hay entidades que se encargan de medir el impacto de las Industrias Culturales y Creativas en el PIB. En Colombia existe la Cuenta Satélite de Cultura, un sistema de información que mide el aporte de la cultura en la economía del país.
Otras mediciones importantes son las que hace el BID, Banco Interamericano de Desarrollo, y los estudios realizados por los Indicadores de UNESCO de Cultura para el Desarrollo, IUCD. Según estos, el 3,4% del Producto Interno Bruto de Colombia es aportado por actividades culturales, ya sean formales y privadas.
Positiva Alamedas habló con Alejandra Rojas, Asesora del Grupo de Emprendimiento Cultural del Ministerio de Cultura, quien visitó Montería para apoyar el Mercado Cultural de Córdoba.
Rojas explicó cuál es la diferencia entre las industrias culturales y las creativas. Las primeras son aquellas que tienen que ver con manifestaciones más tradicionales, como las editoriales, la audiovisual, la artesanía, el diseño, entre otras. Las segundas tienen un elemento sustancial de esfuerzo creativo y están relacionadas con formas de creación más contemporáneas, por ejemplo la publicidad y la arquitectura.
Estas industrias se desarrollan a través de una cadena de valor con diferentes eslabones, es decir, todas las personas o empresas que de alguna manera influyen para que al final haya una ganancia económica. Por ejemplo, si hablamos de la música se debe tener en cuenta a quienes participan desde la formación, la composición, producción, distribución, entre otros.
Es ahí donde toman importancia los mercados culturales, los cuales se definen, según Alejandra Rojas, como: «escenarios que buscan crear espacios de interacción entre los diferentes agentes de la industria cultural», estos pueden ser festivales o encuentros, pero deben estar enfocados en generar transacciones económicas.
Normalmente un mercado cultural cuenta con un espacio de academia, que casi siempre tiene que ver con formación, discusión o debate; asimismo tiene una rueda de negocios, en donde los emprendedores culturales tienen la oportunidad crear contactos con productores o programadores, y los showcases, el momento para que los artistas muestren su trabajo.
Un ejemplo de mercado cultural para destacar en Colombia es Circulart, una iniciativa de desarrollo productivo de manifestaciones musicales que se realiza cada año en Medellín. Ha logrado consolidarse como uno de los más importantes de Latinoamérica y cada versión se genera un gran impacto económico y muchas transacciones.
[Tweet «Las industrias culturales y creativas, los nuevos propulsores de la economía»]Rene Fernández, Director del Mercado Cultural de Córdoba, considera que este es un departamento que apenas está asimilando el discurso del emprendimiento cultural.
«Como departamento tenemos la materia prima, incluso para exportar, pero necesitamos entrar en un proceso de formación de emprendimiento cultural, crear conciencia y que ese discurso se vuelva algo natural», afirma Fernández.
Cabe aclarar que para ser exitoso en las industrias culturales y creativas se necesita disciplina y persistencia. Por eso Fernández considera que es necesario seguir trabajando cada año en el Mercado Cultural de Córdoba para hacer de este una escuela para la generación de industrias culturales.
Fernández recomienda a los emprendedores culturales del departamento que vean su talento como una empresa, que se preocupen por la forma en que venden su trabajo, sin dejar de lado la calidad artística y el potencial cultural, que aprendan conceptos de marketing y que constantemente estén generando procesos de formación que los haga ser cada día mejor.
Si eres un emprendedor y quieres entrar a las ICC y a los mercados culturales puedes estar atento a la pagina de Facebook «Grupo Emprendimiento Cultural del Ministerio de Cultura de Colombia», en donde constantemente están publicando todas las convocatorias, públicas o privadas, relacionadas con esta industria. Aprovecha, aprende y participa de estas.
Fuente: positivaalamedas.co