El aviturismo alza vuelo

Sus plumas de color de amarillo, azul y rojo no pasan inadvertidas. Sobresalen entre las ramas de los árboles en la reserva Lagos de Menegua, en Puerto López, Meta. Allí, la candelita plomiza aguarda tranquila mientras, asombrados y en silencio, los amantes de las aves la observan y con sus cámaras registran su belleza.

Colombia está catalogada como el país con mayor diversidad de especies de aves en el mundo. Cuenta con 79 endémicas, 197 migratorias y 193 casi únicas en el territorio nacional. El potencial de aviturismo es grande, y poco a poco ha ido tomando alas tras mejorar en infraestructura y seguridad.

Hace algunos años, el país estaba fuera del radar debido a los problemas de orden público. Afectaban justo en las zonas donde actualmente hay un mayor desarrollo de este modelo de negocio, es decir, Cauca, Nariño, Antioquia, Valle, Eje Cafetero, Meta y la Sierra Nevada de Santa Marta.

Carlos Mario Wagner, director de la Feria Internacional de las Aves- Birdfair, asegura que este tipo de turismo ha venido creciendo en el país, al punto que cada vez más operadores nacionales e internacionales ofrecen esta clase de servicios. Para Wagner es claro que el aviturismo puede constituirse en una buena estrategia para conservar las aves y sus hábitats, así como en una herramienta clave para dinamizar la economía rural, si se hace de manera responsable y sostenible. “Falta más apoyo estatal y privado, al igual que infraestructura de servicios y guías bilingües especializados en aves para ser más competitivos a nivel internacional. En este aspecto países como Perú y Ecuador nos llevan ventaja”, recalca.

El experto considera que los colombianos deben conocer más su riqueza en avifauna y empezar a consumir los servicios que ofrece el mercado local.

A esta problemática hay que sumarle otra. Según el Libro rojo de aves de Colombia, en el país existen 140 especies en alguna categoría de amenaza: 17 en peligro crítico, 56 en peligro y 67 en vulnerabilidad, además, 28 especies están consideradas casi amenazadas y una ya está extinta.

Luis Miguel Rengifo, investigador principal de este estudio, afirma que la amenaza más grande para las aves es la pérdida de su hábitat por factores como la deforestación, la expansión agrícola y ganadera, la minería, los cultivos ilícitos y la destrucción de los humedales. “La cacería, el comercio ilegal, la introducción de especies invasoras y la contaminación son otros factores determinantes”, dice Rengifo. Informa que en las zonas del Pacífico nariñense, la región del Darién, la Sierra Nevada de Santa Marta y San Andrés se concentra el mayor número de aves amenazadas.

A pesar de los problemas y los retos, Colombia tiene un gran potencial en este negocio que se convierte en uno de los bastiones para que el turismo alce vuelo.

Tomado de: www.avistamientodeaves.co